COLSA. EL ESPIRITU DE LA CHIRIGOTA
Como es sabido, Bernardo perdió el curro por los mismos avatares políticos por los que lo consiguió. Además, es también sabido que el panorama futuro del PRC es cuando menos una incógnita pero no pinta nada halagüeño, tan poco halagüeño como el futuro de su valedor en el mismo.
¿Y qué podría hacer un hombre "público" como Bernardo para seguir quemando su vida en el servicio a la comunidad, la de Cantabria se entiende? Pues ponerse al frente de las huestes racinguistas, aquellas a las que el "curro" le había hecho dejar de lado. Gracias a su recia personalidad, que no a su gracioso verbo, se hace con la presidencia de las peñas, bueno eso y que no hubo más aspirantes.
Todo este cúmulo de coincidencias hace pensar a alguna mente enferma que todo pasa por seguir en el "candelabro", asegurarse fotos y prensa, resistir al olvido y la postergación. Desgraciadamente para el Rácing, tras Pitermans, Nereos, Mandiás, Bedoyas o Pernías, tras el sainete del moro jeta, sólo faltaba este personaje presidiendo las peñas. Todo apunta a que la única salida digna para la institución es la desaparición, o eso, o ser el hazmerreir del mundo deportivo.
Para Bernardo no pasa de ser una tabla de salvación a la que agarrarse antes de tener que ponerse a trabajar con el sudor de su frente; pretender dictar lo que una empresa privada tiene que hacer o no desde la acera de enfrente es ridículo. Si Bernardo quiere dirigir al Rácing sólo tiene que ir al Banco de Sabadell y pedir un crédito para comprar el paquete necesario para hacerse con el control, con su solvencia no tendrá problema en conseguirlo.
Lo que no tiene pase son las apariciones folclóricas en televisiones y periódicos en una especie de "Pacto del capó" en versión paleta firmando recibos sobre el asiento de una moto, haciendo giros de muñeca por el agarrotamiento, cosas de la inactividad, recogiendo dinero, Berni tirando siempre con pólvora ajena, para ante las cámaras entregarlo en la agencia bancaria minutos antes de que lo hiciera el grupo de Pernía, sin duda preparados tras el anuncio a bombo y platillo de la inciciativa colsiana, que, como se dice por aquí, escupió hacia arriba y le cayó en la cara. Bernardo quedó con el culo al aire, como ya es habitual, y dejó del mismo modo a todos los infelices que acudieron con su dinero a "pagarle" la campaña mediática aunque le saliera el tiro por la culata.
Es de esperar que esto haga reflexionar a tanto incauto y desprevenido.
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