1º DE MAYO: CRONICA DE UN REBAÑO QUE NI SIENTE NI PADECE
35.000 parados en Cantabria; más de 12.000 no cobran ya ningún tipo de prestación; más de 7.000 bajo expedientes de regulación de empleo; un sector primario prácticamente exterminado y perspectivas aún más aterradoras para el futuro inmediato y los apoltronados del chiringuito sindical no es capaz de reunir más de 2.000 personas en la cada vez menos reivindicativa marcha del 1 de Mayo. Ni la clase aristocrática que forman los liberados han tenido la decencia de acudir a hacer bulto, aunque no fuese más que a justificar el huevo y la yema del otro que nos cuestan a todos.
Despliegue, eso sí, de banderas anticonstitucionales y hoces y martillos, como si esa lacra hubiera tenido alguna vez algo que ver con el trabajo y su dignidad. Es vergonzoso escuchar a los cabecillas de estos instrumentos del poder que son los sindicatos, pero más vergonzoso es que los que les escuchan no les corran a gorrazos una vez han terminado de soltar la misma murga victimista de siempre, un año tras otro, eludiendo confesar que ellos son parte y engranaje de ese sistema que tanto dicen criticar. Recién salidos de Moncloa con los bolsillos llenos para asegurar que el bueno de Cándido no tenga que doblar el lomo y los miles de liberados puedan ir y venir de curso en curso y seminario en seminario. Con su propia existencia en manos de esos a los que dicen combatir, patronal y gobierno, que les engrasan la maquinaria por medio de eso que llaman "cursos de formación" y que no son más que una mera excusa para hacer caja, son cada vez más patéticos y más indignos de representar a nadie. La culpa es de Bush y de Esperanza Aguirre, y se quedan tan anchos. Y se quedan tan anchos porque todavía los españoles no son capaces de sacudirse un sistema sindical podrido y corrupto desde sus orígenes, un pueblo español que sigue afiliándose por tener un abogado pagado para futuros problemas laborales, como si no fuese más barato a la postre contratar uno de pago. Este es el quid de la cuestión, son los españoles los responsables únicos y exclusivos de su propia ruina, al dejar la representación de sus derechos en manos de pesebreros que cada vez se molestan menos en disimular y en justificarse lo que lleva consigo que cada vez se rían de nosotros con más indiferencia y menos recato.
Nada tienen que reprochar a los "negacionistas" que rechazaban la posibilidad de crisis minuto y medio antes de explotar. La culpa es de Bush, Aguirre, el PP y la patronal; llevan treinta años con la misma canción, como Karina y ya va siendo hora de que compongan otra o de patearles el trasero hasta llevarles al cubo de la basura de la Historia, el lugar que les corresponde.
Y para acabar de rematarla saltimbanquis y fiesta, como se dice por aquí, con dos cojones.
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