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Falange Montañesa

ADIOS CANTABRIA, ADIOS

ADIOS CANTABRIA, ADIOS

El Partido Popular ya va clarificando cosas; otras, de momento, las va dejando ocultas o al menos veladas. Por supuesto cada casa cosa obedece exclusivamente a interés político propio y no al general a cuyo servicio se supone que están. De momento hemos sacado en claro que Bildu, o sea los etarras, están contentos con el nuevo gobierno y el nuevo ministro del gremio; que los laicistas tienen asegurada la continuidad de su pugna contra la cruz; que los colectivos de invertidos, en todas sus modalidades, no van a ser molestados en sus “justas” reivindicaciones en absoluto y, lo más claro de todo, que el gobierno del PP, el gobierno del hibernado Rajoy es, sobre todo, un gobierno en fraude de ley. Y lo es porque ganó unas elecciones sobre la base de no subir impuestos y ha sido esto lo primero que ha llevado a cabo. Ahora les toca a los españolitos disfrutar de lo votado.

A nivel regional, Ignacio Diego está desmantelando el negocio, no para ahorrar como venden, sino para sobrevivir. Descenderá el número de empresas públicas, auténticas agencias de colocación y negocio, porque son insostenibles, como lo eran cuando se crearon; se apretarán las clavijas a los trabajadores públicos en cuanto horarios, sueldos y complementos; se intentará disminuir el gasto sanitario recetando placebos inútiles en muchos casos para que sea el interesado el que se pague directamente los medicamentos; y, a todo ello se sumará el céntimo sanitario, no se retirará la ocurrencia de Agudo sobre las bolsas de plástico, se aumentará el canon de saneamiento y, seguramente, se les ocurrirán impuestos novedosos como cargar más el alcohol y el tabaco o instaurar el céntimo telefónico.

En definitiva, la apuesta principal del PP es la subida pura, dura e inmisericorde de impuestos, que unida al mayor recorte de derechos laborales que se haya conocido permitirá al pobre Mariano presentarse ante sus jefes con un mínimo de dignidad. Sí, sus jefes, los que verdaderamente ostentan la soberanía sobre el pueblo español.

Otra idea pintoresca es la de suspender esos trastos inútiles que son el Consejo Económico y Social, el de la Mujer o el de la Juventud, y es pintoresco no porque no sea necesario, que lo es, sino porque se pretende que la suspensión sea temporal, o sea a la espera de mejores tiempos para los profesionales de la subvención y la buena mesa.

La disculpa de la herencia recibida de socialistas y revillistas no sirve para justificar, al menos totalmente, la incapacidad de los populares para ofrecer un horizonte esperanzador. Si las ideas del PP son subir impuestos, abaratar el despido y privatizar encubiertamente la Seguridad Social, vamos camino del descalabro total.

Sin sectores productivos estamos abocados a la ruina, con céntimo sanitario y sin céntimo sanitario; si de la factoría universitaria vamos sacando licenciados que nos cuestan un riñón para que se vayan a enriquecer con su trabajo a otras comunidades o, lo que es peor, a nuestros patrones alemanes, apaga y vámonos.

Pero el problema principal no es ese. El problema principal es admitir de una vez por todas que la Europa de los mercaderes ha fracasado, que el euro ha sido un timo y que cuanto antes salgamos de esta espiral antes podremos levantar cabeza. La puntilla ha sido ver como los países del norte de Europa aprueban favorecer el comercio con Marruecos de productos hortofrutícolas a sabiendas de que es la puntilla para este sector en España, su supuesto socio al que se le exigen drásticas medidas. No son, pues, nuestros socios ni nuestros aliados.  A partir de aquí, el sacrificio al que Ignacio Diego y el PP nos van a someter debe ser empleado para lo contrario de lo que nuestro nuevo presidente dice perseguir, que no es otra cosa que aplicar esos “ajustes” en garantizar la “viabilidad” de la autonomía, cuando ésta se ha demostrado absolutamente inviable y hemos tenido que esperar que 30 años de disparate, de dispendio y de estupidez< encadenada vengan a poner las cosas al descubierto. Pues a pesar de ello, algunos parecen todavía querer poner tiritas al moribundo engangrenado.  

Y mientras, el Alcalde de Santander encantado de haberse conocido porque los santanderinos vamos a poder pagar en comercios y autobuses con el móvil. ¡Vivan las ciudades inteligentes!

Tenemos lo que merecemos, ni más ni menos.

1 comentario

san -

solo añadir que estos inutiles de peperos nunca tocan el verdadero problema y ruina de España que es el lastre de la inmigracion y de los jitanos