LA BANALIZACION DEL SUICIDIO
Si algo es verdaderamente triste, íntimo y ruborizante para una sociedad es que sus individuos decidan poner fin a su vida por las razones que fueren. Suicidios ha habido siempre, muchos escaparon de la intimidad del hombre anónimo para ocupar su lugar en la Historia con mayúsculas. Lo que ha empujado a los hombres a poner punto y final a su existencia ha ido desde los desengaños amorosos hasta la insania, pasando por todos y cada uno de los aspectos de la vida a los que no todos nos enfrentamos de la misma manera. Pero frente a tal terrible decisión siempre se ha respondido con cierto respeto, con cierta discreción ante una acción siempre reprobable pero a veces comprensible.
El hecho es que desde hace ya un tiempo el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España. Y esto lo que indica es el fracaso total y absoluto de una sociedad hueca, vacía, sin principios, sin alma y profundamente amoral. Por supuesto, los medios de comunicación nunca se han hecho mucho eco de estas muertes, evitando en lo posible señalar su causa e incluso evitando difundir, más que someramente, que se traten de muertes voluntarias. Cuando un número indeterminado, pero enorme, de hombres se han suicidado por verse incapaces de continuar viviendo después de haber sido víctimas de unas infame ley de divorcio, cuando nos vemos incapaces de afrontar una enfermedad del cuerpo, porque nuestra mente y alma ha sido vaciada de contenido o cuando a los problemas económicos no se les ve salida, no se han hecho campañas ni presiones para paliar lo que motivó estos y otros casos. Cuando alguien se tira a las vías del tren nada se investiga y RENFE paga lo que le corresponde como si de un accidente se tratase, a lo que las familias, por regla general, no ponen pega por las circunstancias que podemos suponer. De este modo evitan que se esté hablando de ello durante semanas con el consiguiente efecto imitación.
Pues hoy asistimos a la utilización sucia e interesada de los suicidios para intereses más o menos reprobables. Hoy las televisiones y demás medios de comunicación se regodean con profusión sobre las muertes voluntarias relacionadas, supuestamente, con los desahucios por impagados de hipotecas; todo ello coincidente con la campaña que cierta asociación viene llevando a cabo para forzar al gobierno a cambiar la ley que regula estos hechos. Por supuesto, el gobierno Rajoy, igual de vacío de cuerpo como de alma pero que no hay manera de que ponga fin a su vida, ha cedido en primera instancia a debatir una Iniciativa Legislativa Popular entre insultos y amenazas de los recopiladores de las firmas. Un par de suicidios bien aireados han conseguido lo que miles y miles silenciados no pudieron. Y es que cuando uno se mueve exclusivamente por interés de patrón y, por tanto, interés electoral está a merced de lo que la prensa al servicio de sus propios amos tenga a bien promover. El uso de la muerte de manera tan canalla, tan rastrera y tan bellaca sólo se comprende desde la mezquindad de la prensa moralmente pornográfica y desde la falta de escrúpulos de un colectivo u asociación que sólo busca que le solucionen sus irresponsabilidades aunque para ello tengamos que pagar todos.
1 comentario
san -
A esos tertulianos bobos simples y demagogos que pululan en las teles , habia que decirles que les den ellos los pisos que tienen de sobras