LLEGA ABRIL; SE LEVANTA EL ZOMBIE ADIC

A apenas un mes de que desde ADIC se desempolve el comunicado habitual sobre lo pernicioso de los aires flamencos, ya sean soleaes, fandanguillos o alegrías. Uno acaba pensando que al final ADIC vino al mundo para recordarnos machaconamente que en Cantabria se promociona música española y hasta ahí podíamos llegar.

Este año, sin embargo, las aguas bajan turbias en la macro asociación. Recordarán ustedes que cuando el entonces presidente y hoy “fundacionista”, Bernardo Colsa, abandonó la dirección de la subvencionada asociación por un plato de lentejas mucho más apetecible en forma de sueldo en organismo público a dedazo, pretendió dejar en el aún caliente nido vacío a uno de su cuerda, un tal Alútiz, que tiene coña lo del apellido vasco para defender a los cántabros, pero por esas cosas de la vida, le movió la silla un tal Carlos Ruiz; de los Ruiz de toda la vida. Y eso que Bernardo jugaba en casa pues llevó la asamblea a los salones del Museo Oceanográfico donde entonces campaba a sus anchas, que son verdaderamente anchas.

Pues ahora que la cosa anda floja de subvenciones y a la espera de que la crisis les devuelva viejos laureles resulta que iba a haber intercambio de cromos y a falta de otra cosa se esperaba la vuelta del San Bernardo, ¡uy, perdón!, del gran Bernardo junto a su amigo de apellido de más allá de Valmaseda. Lo cómico es que éstos le echan en cara al saliente haberse aprovechado del cargo para hacer política, cosa demostrable porque además de militante del partido revillista era responsable de distrito y criticó al pobre Fuentespirina por su ineficacia en Santander, como si conseguir las firmas de “El que más manda”, “El Capitán Tan”  o “Popeye” para un asunto en la calle Tetuán no tuviese mérito. No perdamos el hilo, Colsa acusando de hacer política desde la presidencia de ADIC; tiene cara para regalar.

Con todo, el 29 de marzo, la Asociación Para la Condena de la Bulería en Cantabria tendrá nuevo presidente, que sea quien sea será militante del partido de Revilla y Marcano y a la búlgara, con una sola lista porque llama la atención que el saliente quisiera reducir en tres el número de candidatos para que hubiera otras alternativas. Pero, ¿no decían que esta asociación tenía más de 2000 militantes? ¿Y no hay 13 que formen otra lista? ¿O es que cuando señalábamos que en anteriores asambleas a las que acudían apenas medio centenar de personas, cosa rara en tan numéricamente magnífico grupo, olía a chamusquina y teníamos razón?

Lo que está claro es que Colsa dará la espantada de nuevo ahora que ha encontrado filón hasta que lleguen las elecciones en la llamada Fundación del Rácing, cuya gerencia ha asumido, sin oposición claro. Puede llevar la Asamblea dichosa a las instalaciones municipales de los Campos de Sport y de paso llevar a cabo su primera y brillante idea en su nuevo y temporal cargo, poner “cepillos”, como en las iglesias, para que el racinguismo colabore con el mantenimiento de la cantera. Eso sí, que sepan que los primeros mil y pico euros van para pagar su sueldo. Y no se apuren, que si el cachivache regionalista de la Fundación no sale bien y los primos no se dejan engañar, volverá a sentar sus hermosas reales en ADIC, lo que sea mientras mantenga el protagonismo; pena que no tenga hechuras de vedette.