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Falange Montañesa

EXPERTOS, CULTURA Y ¡AH! SÍ, RENZO PIANO

EXPERTOS, CULTURA Y ¡AH! SÍ, RENZO PIANO

Ya lo decía Góngora: “Ande Iñigo caliente y ríase la gente”, bueno no era exactamente así pero hubiera podido serlo. Pues eso, que anda De la Serna como unas castañuelas porque dicen que desde Bruselas el parto conocido como “SmartSantander” ha sido bendecido como sobresaliente “cum laude”. Parece ser que repartir determinados sensores por la ciudad es algo de especial dificultad y que el invento Iñiguista en comandita con importantes empresas ha conseguido todos sus objetivos por más que al común de los mortales santanderinos se le escapen cuáles son.  Baste preguntar al primer sufrido viandante que nos crucemos por las excelencias del producto para observar que ninguno de los preguntados tendrá  ni pajolera idea de qué va; probablemente los más osados digan que es algún modelo de coche pequeño que se construirá para celebrar la bobada del Mundial de Vela próximo.

En la ciudad de los edificios en ruinas, las aceras irregulares y de baldosas y baldosines “flotantes”, de los monumentos más disparatados y sin sentido, de las talas indiscriminadas y de las obras más o menos faraónicas sin el menor sentido, el proyecto estrella es aquello que cabe en un teléfono móvil. El santanderino no ve llegada la hora de levantarse y comprobar en vivo y en directo la cantidad de litros de agua que lleva consumida o si el autobús de la línea Valdecilla-Sardinero ha llegado a la parada de San Fernando en el minuto exacto que tiene asignado. En fin.

Y por otro lado, el imposible desarrollo del virtual “Anillo cultural”, porque de donde no hay no se puede sacar. Vamos, que no salen las cuentas. Por lo pronto, el proyecto estrella, el de los futuros 600 empleos directos; no, no se nos va a olvidar, Iñigo, estés aquí o de Secretario de Estado,  no va a estar terminado en la fecha señalada. No hay que apurarse, Don Vito ya ha explicado que el retraso se debe a que Renzo Piano no para de tener ocurrencias nuevas para que el edificio sea único. Hombre, si ya lo era, pensarán muchos, otros menos dados a la confianza dirán que el proyecto inicial no sería tan bondadoso como lo vendieron y los directamente malpensados dirán que el famélico italiano tiene más cara que un saco de perras y para hacer un bodrio de hierros soldados, carente de cualquier valor artístico y plantado en medio de la mejor zona de Santander, donde queda como un Cristo con dos pistolas, no hacía falta tanta monserga.

Ahora resulta que hay que adecuar todo el entorno al capricho del Patrón y claro, todo estorba. Ahora no convocaremos comisiones de “expertos”, aunque los verdaderos expertos clamen al cielo. Costará encontrar a quien con su nombre y prestigio avale la chapuza resultante. Ahora estorban el monumento a los Donantes de Sangre, total se puede poner en cualquier sitio, quizá junto al cementerio de Cueto o en la finca-vertedero de Menéndez Pelayo y también estorba el dedicado a la Armada Española y los Marinos Ilustres montañeses. Ambos monumentos fueron promovidos y levantados por iniciativa particular y como corresponde a los maleducados que dirigen los destinos de la ciudad, tanto en público como en privado, ni se han molestado en comunicar su retirada, temporal o definitiva, a esos promotores. Casado Soto, que fuera uno de dichos promotores, no daba crédito a dicha acción y sólo  espera que vuelva a ser situado donde puedan tener al mar a la vista, aunque sea de reojo. Sería también deseable que el cañón, pieza original del XIX fabricada en La Cavada, no quedara muy a desmano por si algún día la ciudad recupera la cordura y opta por despejar  la mole que ahora rompe el equilibrio portuario.

Por otro lado, los expertos y otros interesados con mayor o menor legitimidad se han opuesto a la aberración que contra nuestro patrimonio artístico han perpetrado Gobierno Regional y Ayuntamiento al rebajar el grado de protección del edificio que albergó hasta fechas recientes el Banco de España, obra de los arquitectos Yarnoz Larrosa y Martínez del Valle en 1924. Este edificio que tenía junto a otros 15, entre los que se encuentran la Catedral y principales edificios religiosos,  la categoría de Protección Integral pasaría a albergar el embalado Museo de Prehistoria y para ello, las incompetentes autoridades competentes pretenden vaciarlo por dentro dejando sólo los muros exteriores. Ante tamaña irresponsabilidad y barbarie han alegado el  Colegio de Arquitectos, la Asociación Cultural Acanto y el arquitecto cántabro Juan Pablo de Bidegain, bisnieto de Martínez del Valle. El Colegio aporta una batería de razones técnicas que aseguran que el refuerzo o sustitución parcial de algunas estructuras en la planta superior garantizarían la seguridad sin tener que tocar la inferior manteniendo la originalidad del edificio y a menor coste. Acanto a su vez señala que es un paso más en la destrucción sistemática que nuestro patrimonio artístico y cultural viene padeciendo la ciudad, a lo que añado que con ello se ha diluido la verdadera personalidad de Santander, su idiosincrasia, en aras a una bastardización social, cultural y etnográfica. El Colegio de Arquitectos, además, no escurre el bulto de lo que puede ser la razón primera, última y principal del “delito” arquitectónico que el PP municipal y regional pretenden perpetrar, que es la eliminación de la vidriera que cubre el antiguo Patio de Operaciones del Banco, vidriera que reproduce el Águila de San Juan que formaba el escudo de España desde 1939 a 1982. Sin entrar a valoraciones de índole político, el valor artístico de la vidriera está fuera de toda duda y el Colegio lo valora  como elemento a conservar por ser además parte de nuestra historia. Historia, diría yo, que puede resultar inasumible para tanto tuercebotas ignorante, anímicamente desaseados o culturalmente descentrados.

No es de extrañar, volviendo de nuevo al eminente José Luis Casado Soto, que ande con la mosca detrás de la oreja tras ser conocedor de la intención de algunos de los propietarios del Paseo Pereda  para conseguir permiso del consistorio para mudar los miradores de las viviendas en balcones por su menor coste de mantenimiento a pesar que el conjunto Paseo Pereda-Castelar a pesar de estar declarado como Conjunto Histórico Artístico. Aducen que así volverían a su estado original, olvidando que para ello tendrían que eliminar una altura además de otros muchos elementos arquitectónicos, entre ellos el arco de Don Vito.

Vamos, que ante autoridades que vestirían a la Maja Desnuda de Smart azafata, desnudarían a la Maja Vestida por mojigata, le cambiarían al Discóbolo el instrumento que le da nombre por un móvil de última generación con las últimas aplicaciones presentadas por Iñigo de la Serna o completarían el Partenón a base de metacrilato y la colaboración de la Escuela-Taller, lo mejor poner las barbas a remojar. Y Renzo Piano devanándose los sesos para que el adefesio sea más adefesio. Y 600 parados esperando la hora de la inauguración…

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