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Falange Montañesa

SELECCION NACIONAL DE FUTBOL

SELECCION NACIONAL DE FUTBOL

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No deja de sorprender que después de 30 años de esmerada labor de zapa desde los poderes públicos para acabar con los sentimientos que amalgaman todas las inquietudes y expectativas comunes a todos los españoles, después compadreos y componendas con quienes declarándose abiertamente enemigos de España se sientan en sus instituciones para minarlas y conseguir sus abyectos fines, no deja de sorprender, repito, que una gran mayoría del pueblo español se agarre a un clavo ardiendo para dar rienda suelta a su orgullo de pertenecer a una comunidad nacional que pocas ocasiones le da ya de ir por el mundo con la cabeza alta.

Algunos dirán que se trata simplemente de la exaltación de un juego banal, que no tiene más importancia y que es aprovechado como un motivo festivo más; en parte es cierto, pero  30 años de gobiernos miserables, traidores y entregados no han conseguido apagar la llama que ha ardido durante siglos y que sólo espera una pequeña brisa para avivarse. La Selección Española de Fútbol, que no “la roja”, invento pijo progre para quien le duele la boca al decir España, ha hecho más por España en los últimos años que gobiernos que han servido para humillar los sentimientos nacionales de todo un pueblo que ha visto cómo se le iba privando del orgullo de pertenencia a una comunidad con un destino común, al que se le hurtaba el uso de sus símbolos y se le inculcaba la diferencia entre las distintas regiones como símbolo diferenciador y no enriquecedor.

La Selección Nacional de Fútbol viene a demostrar que los españoles, si tienen una empresa común y una clase dirigente consciente de sus responsabilidades, volverán a ocupar el lugar que merecen en el mundo, en lugar de ser siervos de un estado que hoy es un protectorado. Sólo hay que canalizar la poca energía vital que le queda a nuestro pueblo en un proyecto común y lo demás vendrá solo.

Como también sabemos, en estos momentos también la parte podrida de nuestra Patria se manifiesta y, Laportas y Urcullus, Oteguis y Carod de toda laya y baja estofa se comen las uñas porque las banderas españolas en Canaletas, Mallorca o Bilbao representan el fracaso de años de conspiración y traición al pueblo.

Para Bernardo Colsa, por ejemplo, habrá sido muy duro cambiar de equipo cada tres días y apoyar ayer a Suiza, hoy a Chile y mañana a Alemania para terminar poniéndole dos velas a Holanda y así poder poner fin al calvario que le debe suponer salir de casa y ver miles de banderas españolas en ventanas y balcones desde hace un mes en lugar de las peticiones para la reforma del Estatuto que él viene reclamando como urgentemente demandado. Lo que Bernardo representa se desarrolla desde el chanchulleo político y se alienta artificialmente, a espaldas de la gente; lo que España representa es un sentimiento que radica y sale del alma y el corazón y sólo necesita animarlo para que se manifieste, de día, a plena luz.

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