DOS TONTOS MUY TONTOS
Va de anécdotas o anecdotillas. Un tonto muy tonto, tonto de manual, tonto de día y de noche, Gaspar Llamazares, el admirador de Cuba, bueno de Cuba no, de Fidel, el mismo Fidel que persigue maricones, maricones como los que aquí marcan las agendas de los izquierdistas de todo pelaje. Gasparín, el fracasado que tuvo que dejar la dirección de Izquierda Unida por inútil, la misma Izquierda Unida que, ante la presumible caída del PSOE, volvió a recibir la inyección de la banca como pudo comprobarse en el dispendio realizado en los pasados comicios, esa Izquierda Unida que pertenece a los bancos, a los mismos que dice querer nacionalizar, ha decidido cortar por lo sano y abanderar al pueblo soberano en lo que realmente preocupa a las masas. Su última gansada consiste en llevar al Parlamento la necesaria retirada del monumento a Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, que desde las alturas da esplendor y dignidad a la ciudad de Valladolid. El monumento, castigado por el paso del tiempo, la desidia y las arriesgadas y valientes acciones de la macarrada analfabeta de Gasparín y sus congéneres, debe ser retirado en cumplimiento de la patochada aquella aprobada por Zapatero y sus mariachis, pero mira tú que los peperos no acaban de consignar presupuesto para la retirada y, claro, hasta aquí podíamos llegar. Menos mal que Gasparín se preocupa de nosotros y hará multitud de preguntas en el Parlamento; no consta que él se haya ofrecido para poner el dinero. Si en el PP quedara un ápice de dignidad, que no queda, un resto de decoro, que no hay, mañana mismo comenzarían a restaurar el monumento y, una vez acabado, pondrían servicio de vigilancia 24 horas, porque si un tonto como Llamazares dice una cosa el sentido común indica que lo correcto es la contraria.
Con un Gaspar como éste y un Baltasar como el delincuente que ahora asesora en Argentina, sólo necesitamos un Melchor que deje bien alto el pabellón.
El otro tonto, al que dedicaremos más tiempo es el bueno de Esteban Ibarra, un fulano cuyo mérito consiste en vivir sin trabajar, al socaire de la subvención generosa. Este elemento y su mujer mantienen un chiringuito conocido como “Movimiento contra la Intolerancia”, pero no cualquier intolerancia, sino sólo la que emana o dice que emana de una paste de la sociedad. De la ETA, los terroristas callejeros vascos y las gracietas de todo tipo de la ultraizquierda, ni mención.
Justifica en parte sus subvenciones en un llamado informe anual en el que se limita a recoger informaciones de internet que vienen a demostrar que en España no se puede salir a la calle sin ser agredido por ultraderechistas. El rigor del informe es tal que no duda en contar como agresión ultraderechista cualquier acción no resuelta o carente de la mínima sospecha por el mero hecho de ser de otra raza el supuesto agredido del estilo de: Fulano, de 45 años, muerto por innumerables contusiones en tal parque. Algunos vecinos dicen que además de indigentes el lugar es frecuentado por nazis. Para qué quieres más, pa’l informe.
Edita la Secretaría Técnica del Movimiento, mira si suena facha, unos boletines llamados “Cuadernos de Análisis”. La Secretaría Técnica, o sea, Ibarra y su mujer, emborronan hojas, se notan que no les cuestan, con memeces de todos los colores y aquí iremos desgranando alguna de ellas.
En el panfleto número 28, allá por el 2007, Ibarra se retrata como el totalitario que es, pidiendo la negación de derechos por motivo ideológico y la persecución judicial y penal de aquel que no piense como él. También pide especial protección para las víctimas del odio racista del mismo modo que la tienen las del terrorismo; lógicamente las víctimas españolas del odio racista de algunos inmigrantes a joderse y arrascarse.
También aparece un artículo firmado por un fulano de una asociación llamada “Searchlight”, otro de una llamada “Argumento y cultura Genge Rechts” y un último de otra llamada “Gente contra el racismo”. El parto se llama “el discurso del odio” y entre bobadas sobre música skin y las posibilidades de internet arremeten contra determinadas marcas de ropa supuestamente relacionadas con la tontería ésta del odio. Una de esas marcas era Thor Steinar, a la que se refieren como “Thorn Steinar”, y aseguran que su nombre venía del comandante de la División SS Viking, además de usar simbología vikinga nórdica. Esto último, siendo cierto, no quiere decir nada como ya dejaron claro los propietarios de la marca en su momento hasta el punto de cambiar su simbología para demostrar que nada tenían que ver con ningún posicionamiento político; de hecho, hoy es una de las marcas de ropa más apreciadas por su calidad y precio. Pero lo grotesco es que el comandante del División SS viking fue el Oberstgruppenfuhrer und General der Waffen SS Félix Steiner, STEINER, no Steinar. Esta es la seriedad y el rigor de los grandes subvencionados. Es como si a Sáiz le condenan por chorizo y deben avergonzarse todos los Sáez, Sáinz o Sáenz.
Lo dicho, dos tontos muy tontos, pero en mérito suyo hay que reconocer que sin trabajar se están dando la vida padre a nuestra costa.
2 comentarios
Jorge Garrido -
san -