JOSECHU EL VASCO
Ha fallecido Joaquín Muntañola, caricaturista, humorista, escritor, etc. Tenía 97 años, fue por tanto testigo directo de un siglo de la vida española. Hombre alejado de posicionamientos políticos, trabajó durante la República, la Guerra Civil, la España de Franco y la de después. Puede conocerse su biografía en otros lugares de internet, por lo que no es la cuestión en este lugar. Humor sano, atemporal, admirable, que tuvo que apechugar con la censura franquista, como se apresuran a destacar en todos los medios, y es que ya se sabe que la censura en la época del innombrable la la capeaban todos, al contrario de lo que pasa ahora, que no se la salta ni Dios.
Memeces aparte, uno admira a este hombre porque uno se crió con el TBO, y Josechu el Vasco era el preferido entre todos los personajes de la revista, siendo creación de Muntañola. Se definía al personaje como simpático hombretón, rústico y sencillo, exponente de un pueblo noble y vigoroso, o sea, lo mejor que se ha escrito sobre el pueblo vasco en la historia. Josechu era la fuerza personificada, empleada siempre para el bien; exageración e inocencia que transmiten bondad y determinación. De ese pueblo vasco sólo queda el recuerdo. Ahora los Josechus no son fuertes, van en manada; los Josechus no son nobles, son ratas que, en la forma y en el fondo están más cerca de cualquier otra especie del reino animal que de la especie humana; la camisa blanca, el fajín o la chapela se cambian por camisetas raídas, pantalones de payaso, pendientes, aros y cortes de pelo estilo "orinal". Ya se sabe que hay mujeres preciosas, muy guapas, guapas, resultonas, feuchas, feas, muy feas y por último, de Batasuna. Adefesios que a la fealdad congénita unen un total abandono del apaño personal. De Josechu a las Nekanes y los Zigor va la decadencia de un pueblo; de lo bello a lo feo, de lo fuerte a lo mezquino, de lo limpio a lo sucio; en definitiva, de el pueblo a la jauría, de lo sano a lo enfermo. Nos quedaremos con Josechu y repudiaremos a los Eguiguren, Anasagastis, Eguren, Oteguis, Eguibar, Barrenas y demás morralla, exponentes de la degeneración de un pueblo y una raza.
Como curiosidad, decir que el bueno de Muntañola firmaba al principio, durante la etapa republicana, como Kim; y como Kim ilustró la obra de nuestro citado en otras ocasiones Doctor Albiñana, titulada La República Jurdana, de 1934. Esto no lo encontraréis en su biografía, y quizá sirva para que le retiren las menciones y honores concedidas por la Generalidad en el presente siglo. De ese modo podrá entrar en el cielo libre de rémoras e indignidades.
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san -