NUEVA MUESTRA DE COMEDIA BUFA
El esperpento en el que se ha convertido la vida política de este país no deja de asombrarnos; cuando creíamos haberlo visto todo viene alguien con ansia por figurar en el libro Guiness y deja en pañales a lo anterior. Viene todo esto a que Andalucía se ha dado un nuevo estatuto, y se lo ha dado mayoritariamente, con casi un noventa por cierto de los votos: impresionante. Esto es lo que viene a explicar Gaspar Zarrías, algo así como el paje mayor de Chaves Gonzalez, sin ponerse colorado.
No ha llegado ni al treinta y siete por ciento la paticipación, pero no pasa nada ya que el vidente Zarrías dice que no ha sido mayor porque como iban a ganar de calle pues que los andaluces, que iban a votar mayoriatariamente sí, se han quedado en casa para no apalizar al contrario. Así, con dos cojones y sin titubear. No puede ser que como se había vendido la especie de la victoria por goleada, los partidarios del no optaron por no votar; esto tiene los mismos visos de verosimilitud que lo adivinado por Zarrías, pero es que además podemos pensar que no han ido a votar porque están hasta las narices de memeces, de tener que ir a visar con su voto las componendas y los chiringuitos de unos políticos nefastos, que todo este asunto de los estatutos renovados y las realidades nacionales no les importa un pito y que no pasan de ser necesidades ficticias que los politiquillos periféricos crean artificialmente para ampliar sus cotas de control y poder en sus virreinatos.
El hecho de que se apruebe la reforma del Estatuto con un ridículo treinta y seis por ciento, quiere decir que se va a aprobar cuando ha sido refrendado por solo uno de cada tres andaluces; incluso en una región como Cataluña fue aprobado por menos de la mitad del electorado.
Si esto que padecemos fuera una verdadera Democracia, que no lo es, cualquier referendum que no contase con una participación mínima del cincuenta por ciento más un voto sería declarado nulo, pero no es el caso aquí, donde no se trata más que de dar un barniz de legitimidad a lo que ya se ha cocido lejos del interés del pueblo.
Queda, pues bien claro que a los españoles, los de Andalucía, los de Cataluña, y los próximos que pasen por las urnas para ratificar el nuevo poder de sus caudillos locales, les importa un rábano la reforma de sus Estatutos, el problema es que a los apandadores que les dirigen se les hace la boca agua solo de pensarlo.
5 comentarios
Oli -
orgullodebricia -
Y ni de lejos es el más analfabeto de esta chusma.
Skanderberg -
Anónimo -
Skanderberg -
Hombre, si le elabora el Conceju, igual la gente vota para reírse. Por cierto, ya que siguen tanto este blog y el mío, que le echen un vistacito, para que vean que no me olvido de ellos, como ellos de mí tampoco.