NO HAY NADA COMO MORIRSE

Es cierto, no hay nada como pasar a mejor vida para que hablen bien de uno. Eso le ha pasado a D. Leopoldo Calvo Sotelo, segundo Presidente del Gobierno de la Democracia, breve en su paso por dicho cargo y notario del hundimiento y desaparición de la UCD. Cuando golfantes de todo pelo se unen para dar parabienes a un finado dan ganas de tomar unas vacaciones lejos de España hasta que todo pase y el olvido cubra con su manto lo que ya había cubierto hacía tiempo. Guerras y González, Bonos y Duráns y así sucesivamente toda la morralla política de entonces y de ahora compiten en hacer ver quién de todos es más pelota, y podemos oír a González hablar de “político con mayúsculas” o de “lealtad al Estado” y “honestidad”; tranquilo Felipe, cuando a ti te llegue la hora también dirán lo mismo. Guerra, pelotilleando a Calvo Sotelo, con todo lo que dijeron de él en aquellos tiempos; y es que éste es un país de falsos, de indecentes y de cínicos.

No vamos a entrar en los méritos ni deméritos de Calvo Sotelo en aquellos tiempos complicados, pero no tuvo la importancia que se le quiere dar, eso sí, hay que reconocer que al menos era una persona culta entre tanta inmundicia política.

No sabemos si el representante cántabro en Eurovisión, Miguel Angel Revilla, habrá tenido tiempo para sumarse al coro de aduladoras, suponemos que sí. Además seguro que encuentra hueco en su agenda entre bailes, comidas, inauguraciones, aniversarios y cuentacuentos, su verdadera profesión, para acudir a los actos oficiales. Siempre es un buen lugar para propagar algún chisme proveniente de la Familia Real o para criticar si el Lehendakari se pone delante o detrás.