EL ESTERCOLERO YA REBOSA
En esta España castrada ya nada nos sorprende, nuestra capacidad para la incredulidad ante ciertos hechos hace tiempo que se vio superada por los acontecimientos que a diario han conseguido que cualquier noticia no pueda alterarnos ya más allá del rubor momentáneo. En un país donde los canallas, los sinvergüenzas y los tarados campan a sus anchas y gozan de prebendas y honores, donde la Policía engaña a la Guardia Civil para salvarle el culo a los etarras mientras el Fiscal General pide el archivo de una causa que debiera llevar a todo el Gobierno a la cárcel, es necesario indignarse como si todo ello fuera la primera vez que ocurre.
Dos casos sangrantes llaman hoy nuestra atención, por un lado una cateta con sueldo público gracias al rimbombante puesto de "Delegada de Participación Ciudadana" en el desprestigiado Ayuntamiento de Sevilla ha prohibido un acto de homenaje literario al genial escritor falangista Agustín de Foxá, autor entre otras de la celebérrima Madrid de corte a checa o El almendro y la espada. La excusa dada es que podría haberse convertido en un acto de apología del franquismo y por respeto a la Ley de memoria histórica, que debe decir en alguno de sus infumables artículos que se exterminará civilmente a toda a quella persona que de algún modo tuviera que ver con el régimen legalmente establecido en España entre los años 1939 y 1975. Las asociaciones Fernando III y Ademán consiguieron que el Ayuntamiento les cediera una sala para el referido homenaje literario y dos días antes de su celebración, la aprendiz de Pasionaria, Josefa Medrano, se encargó de mostrar su madera caciquil, sectaria y chequista prohibiendo dicha cesión.
No es que sorprenda, es lo lógico cuando al frente de las instituciones se sitúa a semi analfabetos con patologías dignas de ser estudiadas por los psiquiatras. Casi cuarenta años de la muerte de Franco podemos ver que estos desalmados siguen manteniendo intacto su espíritu enfermizamente totalitario, su profundo odio interior y su amargura por aquella guerra perdida mucho antes de que hubieran siquiera nacido. Todo ello aderezado por la misma indigencia cultural e intelectual que sus hermanos del 36.
El acto se celebró, en la calle, posiblemente el mejor lugar donde pudo haberse hecho, donde la libertad es honrada en su máximo grado, nada que ver con la impostura de traidores y ganapanes cuya única relación con la libertad y la democracia es el número exagerado de veces que ponen sus nombres vacíos en las repugnantes cloacas que tienen por bocas.
El segundo caso es la condena a Juan Antonio Llopart, editor de Ediciones Nueva República, a la pena de dos años y seis meses, además de una cuantiosa multa y la destrucción de unos diez mil ejemplares de la Editorial. Junto a él han sido condenados otros tres patriotas que dirigían una tienda de libros también en Cataluña. Dos casos sin relación que han sido juzgados como uno. Cárcel y fuego censor por pensar distinto, aunque se quiera disfrazar de "difusión de ideas genocidas" o de "delitos contra los derechos fundamentales y la libertades públicas". La operación, que fue un sainete desde su comienzo hace ya varios años con la detención de los referidos patriotas, llevaba el aparatoso nombre de "Reich", ni a Gila se le hubiera ocurrido, vino a demostrar que a los Mozos de Escuadra les deben pedir catalán y poco más para acceder al cuerpo, porque quien los dirigía, después de una espectacular acción para sacar de la cama a un padre de familia y aterrar a su esposa y dos hijas, hizo hincapié en buscar documentos de "un tal Ramiro Ledesma, el ideólogo con el que se reunen". Al final, la vieja treta democrática de pretender acabar con el enemigo con leyes inexplicables y presión económica. Por si a alguno le quedan todavía dudas sobre de qué va esto se trata simple y llanamente de la supresión de la libertad de expresión y su inhumación en lo más profundo de la memoria; valga como muestra un botón, entre los miles de libros a destruir en el fuego, para que luego hablen de nazis y otras sandeces, se encuentran peligrosos autores como...D. Francisco de Quevedo y Villegas, de aquí en adelante peligroso terrorista neonazi.
Todos tenemos un deuda impagable con Llopart y Ediciones Nueva República, a los que, entre otros muchos libros, debemos la publicación de varias de las obras del Camarada Jerez Riesco, así como reediciones de multitud de obras sobre la Falange y los falangistas, pasando por ese tesoro que son las Obras Completas de Ramiro Ledesma. Hoy es ENR, mañana seremos los demás, aviso a navegantes. En manos de todos está paliar en la medida que podamos el daño que se pretende hacer a la Editorial a la que más debe el mundo patriota; desde aquí os animo a consumir la cultura que a ellos les falta y a nosotros nos tiene que sobrar y, así, conseguir que su pírrica victoria de hoy se convierta en la estruendosa derrota de mañana.
Por último, de manera personal, quiero enviar mi más afectuoso saludo y ánimo a Juan Antonio para que , con la fuerza que siempre le ha caracterizado, conserve la entereza y la energía que va a necesitar en el proceso que ahora no ha hecho más que empezar y que, esperemos, pueda ser revocado en instancias superiores. Todo el ánimo para tí, María Eugenia y las niñas y el mayor de los desprecios para esas ratas que, disfrazadas de patriotas, han recibido con alegría la noticia. Espero que con el esfuerzo de todos no tardemos en mandarles a la cloaca que merecen.
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