MAS MADERA
Acabada la pantomima de la campaña electoral y cumplido el ritual de meter el papelito en la urna, acto sacrosanto que debe entenderse como el clímax de la Libertad y la Democracia, con qué poco se conforma la gente, comprobamos que estamos exactamente dónde estábamos. Se supone que seguimos ahí por la voluntad del pueblo soberano y demás zarandajas. Pasado el espacio de tiempo de rigor y la puesta en escena de un simulacro de negociación, los mismos que compartieron sillones y mesas llegan a un acuerdo, del que sale el nuevo gobierno. Todos los partidos que ganan elecciones, aunque lo hagan sucesivamente, cambian las caras de sus gobiernos, ya sea por puro marketing o porque la cola de aspirantes a vivir del cuento es larga; pero hete aquí que en el PRC no cambian ni el agua de las plantas, 100% de efectividad. Esto demuestra que el PRC, a pesar de ser cántabro, no es más que un cortijo andaluz donde los que cortan el bacalao son cuatro y ocupan todos los resortes del poder; extremo que ha quedado claro en la deserción del Ayuntamiento de Santander del impresentable Mediavilla y su segunda, según ellos por expresa llamada del excelso romero, en un insulto y una falta de respeto hacia todos los santanderinos, incluidos o sobre todo los que le votaron, que dan exacta medida de la calaña política del personaje. Es inconcebible que un partido al que se supone pujante y en crecimiento sea incapaz de nutrir de caras nuevas la dirección y sobre todo los cargos públicos del partido. Ese Marcano dando la espantada a Torrelavega por enésima vez para seguir subido en el machito. Sobran los comentarios.
Por otro lado, la banda de Lola, que tras el varapalo recibido en las sagradas urnas, se ha liado el turbante a la cabeza y se ha propuesto que los cántabros paguemos con creces la afrenta sufrida. Cuando parecía que la retirada del consejero más incompetente de la historia de la Comunidad era señal de que algo íbamos a mejorar, ¡zas! Del Olmo promocionado. Mucho debe odiar Lola a Cantabria para imponerle ese castigo. La incompetencia de Del Olmo, sus malas artes y formas y su nula capacidad de gestión ya han quedado demostradas en Asturias y en la Autoridad Portuaria; sólo caben dos razonamientos, o nos odia, o algo le debe.
Luego viene el grupo de Elliot Ness, Agudo y Berriolope, auténticos intocables que llegaron al partido después de una pirueta considerada como ejemplar del manual del transfuguismo. Se ve que en el PSOE tampoco hay militantes capacitados como para renovar un partido que ha hecho el ridículo después de convertirse en el tercero de la región, ya sólo por encima de La Unión, FEJONS o los soplapitos del Conceju. Es más, si hubiese alguno capacitado estamos seguros que ya se habría dado de baja.
Pues esto es lo que hay, que siga la fiesta, el hojaldre, el orujo y el circo. No debemos merecer más.
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