LOS SINDICATOS EN DEFENSA DE LOS GITANOS CON PASAPORTE RUMANO
De todos es conocida la impunidad con la que los gitanos de pasaporte rumano se mueven por nuestro país. Podemos ver que Cantabria ya no es una excepción y hoy hemos podido saber que cerca de 1500 rumanos, en su inmensa mayoría gitanos, han decidido pedir el permiso de residencia en Cantabria; no nos alarmemos que no es el mismo caso que en el pueblo albaceteño de La Herrera, donde una cifra similar decidió sentar sus posaderas un día. Estos gitanos rumanos van viniendo poco a poco, son datos del primer trimestre del año, debido a las facilidades que les dan nuestros políticos y que no encuentran en otras comunidades autónomas. Hasta aquí no nos sorprende nada, sino que vemos otro efecto más de la globalización que poco a poco va afectando a nuestra Cantabria, pero mira por donde la señora Yolanda Castillo, la Secretaria de Política Social, Mujer e Inmigración de CCOO, sale con unas interesantes declaraciones acordes con su papel en el sindicato chapero del sistema donde cobra un sueldo a costa de los trabajadores. Esta buena señora, por decir algo, suelta estas perlas: “hay que apoyarlos, ya que son europeos y se van a quedar aquí, así que, lo mejor que podemos hacer, es aceptarlos y no negarles trabajo o una casa para alquilar”. Vamos tragar y callar. La verdad es que sorprende por lo claro y conciso de su forma de decirlo. Esta vez no vienen con cuentos de que si la presencia de estos gitanos rumanos va a mejorar la economía, si van a ayudar a pagar las pensiones de nuestros mayores u otra de las películas de ciencia ficción a las que nos tienen acostumbrados. No, esta ves han sido claros y concisos vienen a quedarse y lo mejor que podemos hacer es tragar y callar. Tragar y callar como los vecinos de un inmueble en la calle Perines de Santander, que han visto como el precio de su vivienda, a parte de su calidad de vida, ha descendido estrepitosamente por la presencia de estos sujetos que hacen imposible la convivencia, pero claro, la solución de la señora Castillo es aceptar y callar. Otra frase de las muchas que me han impactado de esta sindicalista de Comisiones Obreras es que “tan solo hemos tramitado el permiso de residencia de 50. Hemos hablado con UGT y las cifras son similares. ¿Dónde han ido el resto?” Otra vez claro y conciso nos muestra que la mayor preocupación de los sindicatos del sistema es que estos gitanos rumanos no se hacen la ficha. Sospecha esta buena señora que “puedan estar mafias” detrás de esas ausencias de gitano-rumanos en las filas de su sindicato. Claro señora Castillo si mafias y delincuencia son palabras que no casan con el noble carácter de esta etnia gitana, pensará la señora Castillo que las gitanas rumanas que piden dinero en las Estaciones de Tren de Santander para los sordomudos dedican de verdad el dinero para tal fin. Y así podíamos continuar con las perlas que suelta esta señora por su boca. Pero lo que se trata con tanto interés es pedir tolerancia a los cantabros, de calmar los ánimos de los españoles de a pie que son los que de verdad sufren los problemas de la inmigración. Sinceramente, señora Castillo, si tanto le gustan meta usted en su casa una familia de ellos y convenza a sus compañeros de trabajo, perdón de sindicato, para que hagan lo mismo y así estos buenos y leales europeos tendrán el problema de la vivienda resuelto. Ha quedado claro para cántabros y resto de españoles dónde está la preocupación de los funcionarios sindicales al servicio de los gobiernos de turno. Porque, ¿a que Delphi se cierra?
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