GIBSON Y LA UIMP
Uno se pregunta si lo que la UIMP se gasta cada verano no sería mejor invertirlo en adecentar un recinto para las ferias, surtir de depósitos de excrementos de perro a toda la ciudad o pagarles cursos de conciencia cívica y social, así como de cultura general a tanto diputado, concejal y delegado sindical que pulula por nuestras calles. Viene esto al caso porque muchas de las actividades y sobre todo cursos y conferencias están adornadas con la presencia de auténticos indocumentados, chupópteros que se han acomodado perfectamente a vivir bien de la teta pública. Traer ministros de un gobierno de España para decir necedades y demostrar su sectarismo y su bajo perfil es simplemente tirar el dinero; si el gobierno en cuestión es socialista, la cosa ya adquiere tintes grotescos. Auténticos trepas y señoras o señoritas de “cupo” hacen que el nivel no sólo de la UIMP, sino que también de los actos de la UC sea paupérrimo. Aún esta semana pasará el anestesista señor Clos y alguna de las ministras restantes.
De todos modos la guinda del pastel se la lleva este año el, no se cómo calificarlo, ¿señor? Ian Gibson. Este señor, que es cualquier cosa menos hispanista o historiador, vino a gastos pagados a vomitar su bilis en nuestra región. Este señor, que difícilmente puede querer a España cuando odia su propia tierra, Irlanda, no sólo se permitió faltar al respeto a todos los santanderinos cuando exigió la retirada de ciertos elementos de la vía pública, olvidando que él no es más que un invitado, caro, pero invitado. Especialmente ruin y baja fue su petición de retirada del monumento a las legiones italianas, obviando que casi 400 de ellos dejaron su vida voluntariamente para acabar con el año más negro de la historia de nuestra región y por eso el monumento, por agradecimiento y reconocimiento.
También le molestan ciertas inscripciones recordando la figura de José Antonio Primo de Rivera en Granada,, en contraposición a que no hay ninguna dedicada a Lorca, al que califica de héroe, para pasmarse. Le sugiero lea las actas del juicio popular al que fue sometido el Jefe Nacional de La Falange y si a su fin sigue diciendo lo mismo, sabremos que no tiene remedio.
No dudó en autonombrarse representante universal de todos los nietos con abuelos enterrados en cunetas y pasa a renglón seguido a dar cifras infundadas, sacadas de la calenturienta mente de su dicente, que sirven para dar la justa medida de la calaña del sujeto y al servicio de qué y de quién está. Un auténtico “pájaro”, que habla no de venganza, sino de justicia, pero no parece que esa justicia la pida para los descendientes de los caídos en nombre de Rusia y del comunismo y cuyos asesinos aún viven tranquilamente sin haber penado por aquellos horrendos crímenes.
En fin, nada más se puede esperar de quién padece fijación enfermiza por una figura como la de Lorca y por la homosexualidad en general; un personaje absolutamente incapacitado para estudiar lo noble, lo elevado, lo que realmente acerca al hombre a Dios; por eso figuras como las de José Antonio se le escapan a la comprensión.
Por último sugerir que la UIMP cambie su actual denominación por otra, por ejemplo Universidad Internacional Jesús Polanco, nombre más acorde a la calidad y contenidos que se dan cada verano; ensuciar el nombre de D. Marcelino Menéndez Pelayo mezclándolo con chiquilicuatres del tres al cuarto no suena a justicia sino a venganza. De momento lo que sí es de justicia mayúscula es rendir el debido tributo y agradecimiento a quién desde Italia vino a, con su sangre derramada, devolver la libertad y el orden a nuestra tierra, porque aunque Gibson no conozca el significado de la palabra, La Montaña fue LIBERADA de las checas y los fanáticos como él.
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orgullodebricia -
fede -
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Juan Ayala -