LAS ARPIAS ENLOQUECEN
Capítulo 2. La cadena de televisión local, Aquí TV, ha sido escenario, recientemente, de otro acto más de la comedia que las rojo-feministas vienen interpretando en relación a la Magistrada María Jesús García Pérez. Magistrada, que dicho sea de paso, está recibiendo el apoyo de buena parte de sus colegas y gente del Derecho.
Una parte de las profesionales del feminismo, ya saben, eso que viene a significar que la mujer tiene derecho a matar impunemente a su hijo antes de que nazca y a liberarse del yugo del marido y las tareas domésticas para uncirse el yugo del jefe o la jefa mientras le endilga las tareas del hogar a alguna mujer sudamericana de las que no tienen derecho a ser feministas como ellas, han estado en los platós de la referida cadena para poner a bajar de un burro a la Magistrada mencionada. La Señora o señorita Ruiz Tagle, de la Asociación Consuelo Bergés, La señora o señorita Ana Bolado, de la Asamblea de Mujeres, la señora o señorita Laura Torre, de la Dirección General de la Mujer y Ana Rozas, concejala socialista de Santander, mostraron desvergonzadamente sus planteamientos ante el asunto, que se pueden resumir en que lo que menos les importa es la verdad; lo único importante es que alguien les ha dado en los hocicos con la cruda realidad, en este como en otros muchos aspectos, y eso no lo pueden tolerar; dejar su chiringuito al descubierto no es negociable.
Ni una sola prueba de que lo dicho por la Magistrada no se ajusta a la realidad, sólo una razón de peso, no se puede decir lo que ha dicho y vale ya. Peticiones de separación del ámbito judicial por parte de indocumentadas que nada tienen que ver con el mundo del Derecho; acusaciones de nula preparación por parte de quien es un auténtico lego en la materia, sin apretarse los machos, sin siquiera bizquear.
A la señora o señorita Ruiz Tagle, que se gana la vida en la cosa sanitaria le hacemos la siguiente observación: No hay un solo médico, enfermera o celador que diga que la Sanidad en Cantabria esté boyante, es más, la mayor parte de ellos dicen auténticas barbaridades, y esto, viniendo de los profesionales de la Sanidad, lo tomamos como verdad a priori, salvo que se pueda demostrar lo contrario. Pues bien, según la señora o señorita Ruiz Tagle todo este personal no debería ya trabajar para el Servicio Cántabro de Salud, sino que debería ser apartado de la práctica de la medicina. Pues va a ser que no, a pesar de que lo digan, nuestra confianza en los profesionales de la medicina será la misma, ya que no se trata de su capacitación, sino del sistema en sí y de la acción de los políticos, que incide de manera directa sobre la indecente situación sanitaria actual. Si la Ley que los rojo-feministas y feministos han perpetrado es inútil y no sirve para nada es SU culpa y SU responsabilidad, no la de los profesionales que tienen que aplicarla. Suya y de nadie más es la culpa, que han llegado a cometer el crimen de legislar para la desigualdad, calificando la misma acción de falta o delito según quién sea el actor. Ni en los tiempos más oscuros de la barbarie comunista llegaron tan lejos.
También recientemente, la Directora General de la Mujer, hay que joderse con el título, Ana Isabel Méndez, ha roto su silencio ante el asunto y como no podía ser de otra manera, lo hizo para dar la razón al gallinero feminista cuestionando la cualificación, el derecho a la Libertad de Expresión y la profesionalidad de la Magistrada linchada por toda la patulea feminil, que no femenina. No vamos a pararnos en lo que semejante personaje diga o deje de decir; solo apuntar que la Magistrada está donde está por méritos propios y capacitación profesional y la "Directora" está donde está por su carnet político, así que en este asunto estaría mucho más guapa callada.
En fin, que seguiremos esperando los números, los datos y las estadísticas fehacientes que demuestren la manipulación de la señora García Pérez y si no los hay y todo se reduce al cloqueo del gallinero feminista que ve sus vergüenzas al descubierto, no mareen más la perdiz y hagan algo productivo, como ascender el Himalaya siete veces por su cara más difícil y dejennos en paz.
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